YA NO
Te miro en la cara y solo veo ojos.
Ya no son capaces de tenerme a su antojo.
Acaricio tu mano y no me estremezco.
Ya no me abrasa tu fuego por dentro.
Ya no quiero más, latidos inventados
que me hagan disfrazar sentimientos agotados.
Ya no quiero más, sufrimiento escondido
que con ruido calla y en silencio mata a gritos.
Ya no quiero más, pintar en rojo las noches
que únicamente muestran tristes reproches.
Ya no quiero más, despertares largos
que al levantarme dan tan solo un sabor amargo.
Ya no quiero más, sendas caminadas
que al mismo punto llevan en la nada.
Ya no quiero más, excusas desgastadas
que prolongan una agonía, ya anunciada.
Ya no quiero más, amores caducados
que intenten reavivar recuerdos olvidados.
Ya no quiero más, principios en cada madrugada
que por la mañana, es otro intento a la desesperada.
Ya no quiero más, esta maldita memoria
que me enjaula como presa de agorafobia.
Que me trae siempre en el momento más preciso,
las imágenes de los días cuando todo fue bonito.
Ya no quiero más, ser la cobarde del espejo
que enseña con burla mi propio reflejo.
Ser cobarde es lo que me excusa ante el valor,
o tal vez, lo que hoy ya no quiero más, mañana es mejor.
YA SE
Ya sé. Que hay que pensar en positivo.
Ya sé. Que hay que aprender a perdonar.
Pero también sé, que no soy solo adjetivo,
de los que tú me atribuyes para castigar.
¿Qué pasa? con el perdón, cuando se convierte apatía.
¿Qué pasa? cuando hasta las lágrimas se niegan a caer.
Comprendí, que me da igual la misma agonía,
que me he equivocado a la hora de escoger.
Con ojos ciegos y corazón ajeno, entregué la juventud.
Tuve que aprender de recobrar sentido,
al estamparme contra la pared.
Borrar mis normas, memorizar las tuyas y mejorar mi actitud.
Porque no era lo suficientemente buena, aun así, lo intenté.
Ya sé. Que no era la más perfecta.
Ya sé. Que podría haber sido mejor.
Pero no sería yo, sino una marioneta,
que no siente, ni da a la vida el sabor.
Quererte más no pude, era imposible.
Ahogarte en abrazos, fue insuficiente.
Jurar amor, a ojos que parecían impasibles,
me cansé de esperar a tu mirada complaciente.
Ya sé, que el miedo a la culpa,
puede más que el deseo a decir adiós.
Ya sé, cerrar mi puerta, abre en ti herida,
pero necesito recuperar otra vez la voz.
Tal vez, tú tampoco comprendiste,
que todo es el fruto de inseguridad.
Ya sé, que hiciste todo lo que pudiste,
pero ya llegó la hora de recobrar mí libertad.
Te pido el perdón. Ahora yo. No sé si debo.
Pero, ya ves, de todo me cansé.
De escribir mí nuevo libro me atrevo.
La moraleja del antiguo no olvidaré.
TE LO REGALO
Hoy que te echo tanto de menos,
que suspiro ahogando las lágrimas. Lejos.
Sin consuelo para el corazón lastimado,
recoge los restos y todo lo que me has dado.
Te regalo mi voz y mi boca,
que con su dulce sabor te envenena y provoca.
Y los labios con los besos amargos,
con la miel de los amaneceres robados.
Te regalo mis dedos y manos,
que temblando te acarician y más deseando.
Los brazos con gestos delicados,
que para ti en su día fueron inventados.
Te regalo mi piel y mi pelo,
que aun tu aroma conservan sin miedo.
De las noches de pasión de verano,
al olvido por ti condenados.
Te regalo mi alma, que ya no la quiero.
Que me traicionó y contigo se fue de primero.
En un sueño etéreo te la entregué inocente,
la pisaste y arrojaste de la manera más insolente.
Ya que no queda nada de mi para darte,
hasta los ojos vacíos de llanto dejaste.
Te lo regalo todo. Porque ¿qué es el cuerpo sin vida?
Presume de él, como si fuera una presa batida.
Los sentimientos como un látigo zurran,
pero te juro que estas cicatrices se curan.
Cuando el tiempo me regale un cuerpo renovado,
espero que el tuyo, aun tengas entero y no regalado.
YA TE FUISTE
Ya te fuiste. Estás con ella.
Dijiste que era tu estrella.
Dijiste sin malos sentimientos.
Me dejaste sin pizca de remordimiento.
Aquí estoy, preguntas sin respuesta.
De nada valió rogar para encuesta.
El llanto de consuelo ya no sirve.
El dolor en pedazos me divide.
No quiero que me pidas el perdón.
De nada vale. Tan solo hay una razón
por la que te dirijo la palabra hoy.
Es para desearte todo lo peor.
Justo cuando crees que lo tienes todo
que te deje ella a ti, del mismo modo.
Que sufras como yo ahora, destrozado,
y entiendas qué es el amor desamparado.
Que la sientas en el pecho
apretando como males al acecho.
Ahogándote el aire sin pena
y helar cada gota en tus venas.
Que te sientas moribundo,
deseando de tenerla, aunque solo para rato.
Para morir tranquilo y desaparecer
de este mundo sin ganas de volver.
Que estés como me siento yo ahora,
destrozada y completamente sola.
Sin sangre, ni latidos... suplicando,
que se pase esta vida esperando.
TUS CELOS
Se escurre la lluvia por la ventana,
Caen las gotas como llanto muy triste.
Triste está en mí el alma, desolada.
El alma que te regalé y perdiste.
Entre todos te escogí a ti.
Escuché el corazón traicionero.
Me dejé llevar como un río sin fin
y me ahogué en él, con el tiempo.
Los celos te matan por dentro.
Se comen lo poco que queda,
de lo que de mi mundo era el centro
y siempre vuelven a mi como rueda.
Me cuentas lo que te duele del mundo.
Y yo te hago uno mejor, pero
cuando te recuperas de este absurdo,
te agarras a mí con hervor.
Una palabra enciende tu fuego.
Un mentira inventas audaz.
Esa mentira te crees y luego
me pides respuesta, pero soy incapaz.
¿Qué contestar a lo que nunca existe?
¿Qué responder a un ataque así?
¿Cómo llegué a esto que creíste?
En tu mente está solo, por ti.
Tú te ofendes por gente de fuera,
Aquí dentro me destrozas a mí.
Obligado escuchas de mala manera,
Cuando yo misma dejé todo por ti.
Mi mundo ya no lo vivo.
Un hábito se apoderó de mi día a día.
¿Cuándo acabará este calvario?
¿Y el tuyo? ¿Estaré yo aquí todavía?